El autobús temblaba y todos sus ocupantes se adormecían a
causa de esos temblores tan típicos en los transportes públicos. La fuerte
lluvia golpeada con violencia los cristales de los ventanales del autobús donde
miraba aburrida el asfalto casi inundado
la gente corriendo bajo sus paraguas por
la calle dirigiéndose a casa, a trabajar o a tomar algo y resguardarse de la
lluvia en alguna cafetería. Llevaba los auriculares puestos conectados al móvil
escuchando “Beautiful mourning” de “Machine Head” y a pesar de tener el volumen
seguía escuchando como las gotas de lluvia chocaban violentamente sobre el
cristal, la lluvia desde la noche anterior era violenta intensa y no daba
tregua.
Bajé en la
estación de de Hallahan Avenue y abrí mi
paraguas, me tapé enseguida con el, aún así la lluvia consiguió mojarme el abrigo. Con paraguas en mano corrí
hacía la parte que resguardada de la lluvia gracias a los edificios y los
balcones, no cerré el paraguas, la lluvia y el viento se aliaban y intentaban
dejarte bien empapada. Mientras caminaba hacía el portal de mi amiga sorteando
transeúntes, recordé la última vez que fui a cada de Carol. Hacía como cuatro
meses que no iba a su apartamento, cuando lo dejo con Steve y fui todo el fin
de semana para hacerla compañía, lloramos, vimos películas absurdas, bebimos,
fumamos y estuvimos apunto de llamar a unos chicos de mi clase a que nos
divirtieran, pero Carol no quiso, no quería saber nada de chicos en ese
momento.
Después de cinco
minutos andando bajo la intensa lluvia y protegiéndome inútilmente de ella con
mi paraguas que se doblaba cada vez que el viento soplaba fuerte, llegué a su portal. Saqué del bolso
las llaves que me presto y entre dentro del edificio. Era un edificio bastante
tranquilo y bonito, situada en un buen barrio de clase media alta, un sitio
bastante elegante donde no encajaba muy bien alguien como Carol. Aún no
conseguía averiguar como Carol podía permitirse de vivir en este sitio. Llamé
al ascensor y esperé mientras bajaba mirando el portal bien cuidado, sus
buzones de madera incrustados en una
pared enfrente de un enorme espejo y bajo ellos un enorme felpudo beis y dos jarrones enormes con plantas de plástico
uno a cada lado de la entrada del portal. Cuando el ascensor bajo, deje salir a
una chica de mi edad más o menos que llevaba el carrito de un bebé, la saludé
educadamente nada más nos cruzamos y
monté en el ascensor y pulsé del botón del quinto piso. Cuando llegué saqué de
nuevo las llaves que me presto Carol y mientras se cerraba la puerta del
ascensor detrás de mí, giré la llave y me adentré en el piso de Carol.
El apartamento
estaba vacío y no parecía que nadie hubiese estado por aquí desde que Carol
desapareció. Había quedado con ella el
lunes pasado para ir de compras y no apareció, después el dueño de Ryleh
denuncio su desaparición. Creía que el jefe de Carol se había apresurado en
llamar a la pasma, no era la primera vez que Carol desaparecía sin decir nada a
nadie y volvía al mes siguiente completamente bronceada por el sol, aunque
solía llamar a alguien cuando hacía esas
cosas para que no se preocuparan por ella, esta vez no había sido así. No sé
que pretendía encontrar en su apartamento me pasee lentamente por el pasillo
hasta el pequeño salón fijándome en cada armario en busca de alguna nota, pero
no había nada, tampoco parece que nadie haya robado nada ni que hubiese habido
una pelea en la casa, estaba todo bastante ordenado, solo un poco de polvo en
las estanterías. El apartamento de Carol es bastante pequeño, un dormitorio,
salón, cocina y un baño, no tarde ni cinco minutos en repasar toda la casa en
busca de alguna nota que esperaba encontrar de Carol, esta desaparición tan
repentina era muy extraña, pero tampoco me preocupaba demasiado, Carol se sabe
cuidar muy bien. Volvía su cuarto de nuevo y me senté en su cama entre sus
cojines con dibujos de calaveras y de “Pesadilla antes de navidad”, ese último
se lo regalé yo en su cumpleaños. Mientras miraba por la habitación absorta en
mis pensamientos me fijé que encima de su escritorio seguía su portátil. Me
levanté a por el y lo encendí y me senté en la silla de su escritorio. No tenía
ningún tipo de contraseña así que no tuve problemas para andar con el. Entré en
su carpeta de documentos, y investigue cada carpeta en busca de su paradero, no
encontré nada, así queme puse a mirar fotos. Tenía fotos de cuando era pequeña,
de su familia, amigos, lo típico, yo miré
las fotos de fiesta donde salíamos bastante nosotras dos, tenía fotos
desde que nos conocimos hará ya hace cuatro años hasta las de la última
escapada nocturna en Ryleh. Cuando apenas me quedaba una última carpeta de
fotos de mirar, encontré varias fotos de Carol con un chico que no conocía en
absoluto, era un chico muy atractivo, sonreí para mí y pensé “Que perra estas
hecha”, seguro que Carol se había escapado con ese maromo, yo lo haría pensé.
Era moreno con el pelo muy corto, y tenía unos ojos azules muy claros
preciosos, una mirada de las que derriten, y se notaba que tenía un cuerpo
cuidado y sexy, era bastante alto, le sacaba a Carol casi dos cabezas cuando
Carol en la foto llevaba tacones y sin ellos mide 1,78.
Mientras miraba
las fotos del nuevo “amigo” de Carol, escuché como abrían la puerta del
ascensor, pensé que se trataría de algún vecino de Carol hasta que el sonido de
los pasos se paró justo enfrente de la puerta del apartamento de Carol. “Se va
enterar esta” pensé mientras abrí la puerta del armario de su habitación
mientras oía como abrían la puerta con la llave. Fue cuando abrí la puerta del
armario cuando se me borró la sonrisa de la cara, dentro del armario había un
montón de ropa y la maleta de Carol seguía allí dentro, la puerta del
apartamento se abrió y distinguí los pasos de dos personas que cerraban tras de
sí la puerta. Rápidamente y con cuidado
me metí dentro del armario y lo cerré me escondí detrás de toda la ropa de
Carol y me acurruque detrás de la maleta de Carol intentando ser lo más
invisible posible en caso de que abrieran la puerta, cerré los ojos y respiré
tranquilamente mientras intentaba alejar de mi todas las emociones, si se
apoderaba de mí el miedo estaba jodida.
-¿Has encontrado algo?- La voz del hombre me sobresalto y me
asusté de verdad., apreté fuerte la mano contra mi boca para que no escapará de
mí ningún tipo de sonido mientras mi respiración se aceleraba más y más
-Nada tío.- le contesto la voz de otro chico este parecía
más joven.
-Ve a mirar en su cuarto, mira en cada cajón armario debajo
de la mesa, todo.- Le ordeno.
Estaba desesperaba no controlaba mi respiración y notaba
colocada vez respiraba más fuerte, tenía que controlarme o cuando mirase el
armario estaría perdida, pero no pude, y cuando oí sus paso sobre solté un
suave gritito que quedo ahogado.
-¿Eh? ¡¿Has dicho algo?! .- pregunto el joven que estaba en
la habitación al otro.
-No he abiertota boca, cállate y busca si encuentras algo.-
Le contesto el otro.
Empecé a intentar controlar mi respiración poco a poco
intentando no moverme ni un centímetro.
-¡Eh! ¡Alguien ha estado aquí hay un portátil encendido encima
del escritorio!- Le aviso el joven.
“Mierda, mierda,
mierda” pensé, se me había olvidado apagar el portátil y dejarlo como estaba.
Los pasos del otro hombre se apresuraron hasta la habitación
y note la presencia de los dos al otro lado del armario.
-Esta bastante templado, alguien ha estado aquí hace nada.- Comento el joven.
-Mira la cama.- Contesto el otro hombre.-Alguien se ha
sentado aquí hace poco.
-No hay conexión a Internet, quien quiera que haya estado no
ha podido revisar el correo.-Comento de nuevo el joven.
-Entonce son hay tiempo que perder, coge el portátil y
vámonos.- Le ordeno el hombre.
Escuché como cerraban el portátil y sus pasos se alejaban
por el pasillo hasta que oí abrir la puerta y cerrar detrás de ellos con llave
Esperé como unos cinco minutos dentro del armario antes de
atreverme salir de el con cuidado, estaba temblando sin parar “Oh dios mío
Carol ¿En que lío te has metido?2 pensé. Fue entonces cuando miré hacía la cama
y mire que me había dejado el bolso encima, abrí los ojos de sorpresa y me tape
la boca intentando gritar.
-Date la vuelta pequeña zorra.- Me ordeno la voz del joven
detrás de mi mientras me apuntaba con una pistola.
-Por favor no me haga daño por favor por favor.- Le suplique
mientras notaba como me caían las lágrimas por la cara y me ponía de rodillas.
-¿Quién eres tú?.- Me pregunto el chico tenía una melena
rubia peinada hacia atrás con gomina que le llegaba hasta los hombros.
-Solo soy amiga de Carol, me llamo Lucy tengo su llave ella me la dio.- Le conteste sin
parar de llorar aterrorizada.- Por favor no le diré nada a nadie lo juro por
favor por favor.
No controlaba mi llanto estaba desesperada no quería morir.
-Estate calladita.- Me ordeno mientras sin dejar de
apuntarme cogió su móvil y llamo a alguien, supongo que a su compañero.
-Dice que es su amiga.-Le comento mientras intentaba oír que
le contestaban por teléfono inútilmente.- Aja ¿Qué hago con ella?- Cuando oí
su pregunta me derrumbe y no conseguía ver nada claro con mis ojos empapados de
lágrimas, lo intuía y yo no quería morir.
-Por favor no...- Le dije sin fuerzas entre sollozos.
-Entendido.-Dijo él.
Colgó, guardo el móvil y me golpeo con la culata en la
cabeza.
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