miércoles, 20 de febrero de 2013

Quien dispara primero, vive mejor (prólogo)


En estos instantes





Su Ford Focus color negro estaba allí, estacionado enfrente del motel de carretera barato de la autopista que salía de  Las Vegas. Estaciono su coche en batería a varios coches de distancia del de su objetivo y paro el motor. Era de noche, pasaba ya de la una de la madrugada, en el aparcamiento aún se podía ver unas pocas almas,  supongamos que vendiendo sustancias ilegales  o su cuerpo a los huéspedes del motel de ya muy dudosa reputación. Miro por las ventanillas sin salir de su vehículo para descartar que su objetivo estuviese por el aparcamiento, cosa que le llevo poco averiguar que estaría dentro del asqueroso motel. Agarro su chupa del asiento de atrás para ponérsela, comprobó los bolsillos y saco su magnum de 44 m, comprobó la recámara y la munición. Salió del coche, y sintió el frío aire de la noche a pesar de llevar su abrigada chupa de cuero, dio un par de pasos hacía la puerta del motel cuando se detuvo en seco y volvió a su vehículo un Volkswagen CC, abrió el maletero, miro hacia ambos lados para asegurarse de que nadie la estaba observando, levanto el bajo maletero y agarro su escopeta, comprobó que la arma estuviera lista y la oculto hábilmente como bien ella sabía bajo su chupa, cerro el maletero y se dirigió nuevamente hacía el motel.
Uno de los pocos   hombres que estaban cerca de la puerta se le acerco amistosamente:
-¡Hey nena! ¿Quieres un poco de esto? – Se saco una bolsa llena de lo que parecía marihuana, ella negó con la cabeza sin  pararse ni siquiera a mirarle.
-¡De acuerdo nena! ¿Y que tal si te acompaño a una de estas habitaciones? Una nena como tu no debe dormir sola en un sitio como este.
-No he venido a dormir.- Le contesto siguiendo su camino ni siquiera volviendo la cabeza para mirarle, mientras el camello dijo algo a sus colegas que rieron su inaudible comentario para ella.

         Abrió la puerta del motel y en recepción no había nadie, se supone que a estas horas estas obligado a pulsar el timbre para que te atiendan, lo que a ella le viene realmente bien y fijándose bien que en recepción no había nadie mirando la entrada, aprovechó y se metió dentro del largo pasillo de habitaciones cerrando tras ella la puerta  que conducía a la salida. El largo pasillo estaba desierto y se oían varios y suaves gemidos que provenían de varias habitaciones ocupadas, En muchas de estas habitaciones del pomo colgaba el cartón de “No molestar”. Con sigilo apoyo la oreja contra la puerta más próxima con este cartel y escucho si venían gemidos de esta primera habitación, efectivamente dentro de esta primera habitación había gente pasándoselo bien. Busco al segunda puerta con el cartel, lo mismo, apoyo la cabeza contra la tercera puerta con el cartel de “No molestar” y espero un buen rato ya que no percibía ningún sonido de él, quizás la televisión con un volumen muy bajo, Volvió la cabeza al resto de puertas con carteles que le faltaban por comprobar, pero se oían claramente gemidos desde esa parte también, estaba convencida de que estaba ante la puerta correcta, Coloco la pistola entre sus dos manos apuntando hacía la puerta y dio una gran patada hacia el pomo de la puerta que se abrió violentamente.
-¡Joder! ¡Ocupado! ¡Ocupado!.- Grito un señor viejo y mal cuidado con los calzoncillos por los tobillos mirando hacía la puerta y que levanto las manos hacia arriba nada más verla apuntándole con una pistola.
-¡Oh dios mío! ¡Llévese lo que quiera pero no me mate! ¡Por favor!
Los gemidos cesaron de repente en todo el motel y se escucharon abrirse varias puertas y varios murmullos.
-Siga a lo suyo.- Le conteste al pobre viejo señalando con la mirada hacia la tele que emitía una película porno lésbica.
Cuando salio de nuevo al pasillo vio varias cabezas asomándose por las puertas observándola hasta que una de las chicas que miraban lo que ocurría en el pasillo se fijo en sus manos grito:
-¡Joder tiene un arma!
En ese mismo instante donde el pánico estaba apunto de desatarse en el motel  se escucho un disparo en el pasillo que le paso a pocos centímetros de la cabeza y acabo contra la puerta de la salida. Rápidamente se cubrió detrás de la puerta metiéndose de nuevo en la habitación del viejo gordo que se escondió en el baño y escucho como echaba el pestillo.
    
    Los huéspedes gritaban y se escuchaban como rompían las ventanas para salir corriendo del motel, el pánico estaba servido mientras se intercambiaban disparos de una habitación  a otra.
-¡¿Por qué cojones has venido?!- Le gritaba su objetivo.-¡¿ Por qué quieres que acabe contigo también?!
Ella le escuchaba agachaba tras la puerta abierta de su habitación refugiándose de las ráfagas de tiros de su objetivo.
-¡¿Acaso creías que te iba dejar irte por las buenas?! – Devolvió con su magnum una ráfaga esperando poder herirle por lo menos. -¡Estas muerto Roger! ¡Me oyes!- Disparó de nuevo- ¡Muerto!
- ¡No pienso morir! – Le contesto Roger y cinco segundos después le añadió.- ¡Aún no!
Algo  en el pasillo  dio un boto y rodó por el pasillo cerca de donde se encontraba ella.
-¡Joder! – Corrió rápidamente hacia la ventana y la atravesó de un salto y al chocar contra el pavimento la granada explotó cubriéndola de astillas y cristales. Sus oídos pitaban dolorosamente y durante unos cinco segundos quedó atontada, miro al frente donde se suponía que se encontraba la ventana de la habitación de Roger y le vio asomado en la ventana cónsul pistola en mano buscándola entre los escombros, ella rodó bajo el coche más próximo buscando cobertura y se sentó con la espalda apoyada contra la parte trasera de esté, por las luces palpitando supuso que la alarma se había activado, pero no podía escuchar nada aún, sus oídos pitaban aún y tardarían en recuperarse, pero notaba el impacto de balas sobre el coche, así que mientras recuperaba el oído revisó su arma y le colocó un nuevo cargador, dejando la escopeta en el suelo cerca de ella.

     Mientras el oído volvía, veía como los huéspedes y los trabajadores del lugar huían del motel o buscaban escondites para refugiarse, en breves llegará la pasma. Los disparos se oían cada vez más claros  y cuando se asomo por el coche vio a Roger correr hacía su coche mientras disparaba al coche donde ella se refugiaba, se inclino más abajo le apunto y disparó intentando cortarle el paso, una de sus disparos le alcanzo en la pantorrilla y callo junto  su coche pero rodó como ella hizo y se cubrió detrás de su coche, ambos estaban en una posición parecida, para bien o para mal esta historia estaba apunto de acabar, Aún tenía balas para su magnum y su escopeta pero su vía de escape estaba detrás de Roger, y tenía menos de diez minutos para asesinarla y huir de allí, aunque las cosas no pintaban bien para ella tampoco las pintaban bien para Roger.
-¡Sabes que llegarán aquí en menos de diez minutos!- Le grito Roger detrás de su coche con una voz dolorida, como intentando contener gritar de dolor. - ¡Ya me has demacrado bastante! ¡No podemos dejarlo así! ¡Esto no merece la pena Becca!
-¡Cállate joder!- le contesto Becca mirando por el borde del coche hacía el de Roger.- ¡Sabes tan bien como yo que esto acaba con uno de los dos muerto! Por un momento el único sonido en el motel era el de las llamas que han dejado la explosión de la granada,  los huéspedes y  toda la gente que se vio envuelta en este repentino enfrentamiento se mantienen en silencio esperando que todo acabé cuanto antes. Las luces del motel y las farolas alumbran todo el aparcamiento junto las luces de alarme de los coches y el fuego que va cogiendo más fuerza dentro del motel, las alarmas de los coches arman un buen escándalo, gracias a dios están  a bastante kilómetros de la localidad más cercana y ambos saben que necesitan acabar con esto en menos de cinco minutos.
-¡Tenemos menos de cinco minutos para acabar con esto!- Le grita Roger
-¡Lo sé!- Responde Becca.
-¡¿Lo solucionamos a la antigua usanza?!- Le propone Roger detrás de su coche
Becca se lo piensa unos pocos segundos, mira su reloj, aspira y mira al cielo contaminado intentando siquiera ver una maldita estrella sin éxito y responde a Roger:
-¡De Acuerdo! ¡Hagámoslo a la antigua usanza!

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